
Esa voz característica, esos saludos que se hicieron exclusivos, su aspecto de "loco" y su sabiduría eran algunas de las cosas que hacían a Joaquín Luqui especial en el marco de la música y la radio.El locutor y crítico musical Joaquín Luqui falleció ha fallecido esta madrugada a los 57 años en el Hospital Clínico de Madrid, según ha informado la Cadena SER, donde Luqui trabajó, especialmente en Los 40 principales. Luqui, de 57 años, ingresó en el centro sanitario el pasado día 18 víctima de una fuerte hemorragia cerebral provocada por una caída en su domicilio. La capilla ardiente será instalada en el Tanatorio de la M-30 Madrid, sala 28. Mañana sus restos serán trasladados al crematorio del Cementerio de La Almudena y sus cenizas viajarán finalmente a su localidad natal de Caparroso (Navarra). Con su muerte perdemos a uno de los grandes de la comunicación y de la radio musical.Luqui llegó en 1969 a Madrid procedente de la emisora de la Cadena SER en Pamplona, para trabajar en la radio y la revista Gran Musical. Su peculiar voz y su imagen de melena blanca fueron sus señas de identidad al igual que su criterio al vaticinar éxitos con frases como 'Seguro, será tres, dos o uno' al presentar un nuevo disco. Escribió el libro 'Los beatles que amo' y fue distinguido con el Premio Ondas 1998 al mejor presentador de musicales. Luqui participó en programas de radio como El Gran Musical, JL en FM, Radio show, Fancine, Banda Sonora, o Fan Club. En televisión colaboró con Canal + y 40 TV, y realizó para TVE un programa especial sobre la historia de la música de la transición.

Vale, lo confieso. He caído en la tentación. Esta tarde iba paseando por los pasillo de ese festival gastronómico de Europa... y no me he podido resistir. Había oído hablar de un postre turco llamado "Baklava", pero hoy me he encontrado con el "Lokum" y ha pasado a ser la pasión turca de los dulces. Va a resultar que después de los años, mi personalidad golosa ¡se ha despertado! Esos trocitos de cielo dulce glaseado me tienen loca.
Pues, así es. Sé que me vigilas, que sigues de cerca todos mis movimientos. No voy a decir que me importe de verdad porque, de alguna manera, está bien que se preocupen por una y quieran saber de su vida; pero de ahí a ceñirse al cotilleo de un blog... Creo recordar que no se estableció ninguna cláusula que prohibiera la comunicación, que no hay nada que nos impida saber de la otra persona. Quizás, por esto, entiendo menos esa actitud observadora. Siempre has podido sentirte libre de acercarte a mi de muchas maneras. ¿Deseas decirme algo? ¿De verdad te preocupas por el rumbo de mi vida? o ¿es sólo una tendencia voyeurista?
El problema: Los menores se inician en este tipo de consersaciones con 10 años (antes, empezaban a los 13 ó 14). Utilizan internet como campo de pruebas para la adolescencia. Y muchos padres son ajenos a estas charlas y al peligro que pueden suponer.
El problema: En internet, los niños se liberan de todos sus complejos. El mundo virtual esconde eficazmente cualquier problema de obesidad, timidez, fealdad, torpeza... y eso, en una sociedad marcada por el culto a la imagen, resulta muy liberador.
El problema: El 16% de los chicos de Primaria que navegan por internet han dado su núimero de teléfono en alguna ocasión (muchos tienen móvil propio). El 7% ha dado su dirección física. Los menores no parecen conscientes del peligro. En muchos casos, los pederastas sólo tienen que observar para conseguir teléfonos y direcciones de niños.
El problema: Es muy difícil detectar a los adultos que intentan captar la atención de los chicos. Muchos despiertan su curiosidad y, tras conseguir sus datos, se comunican con ellos por e-mail, mensajes privados o de móvil, medios todos difíciles de rastrear. El 15,5% de los niños ha sufrido acoso sexual, y el 11,5% ha concertado alguna cita a través de internet con un extraño. Cuidado con el envío de fotos: muchos pederastas usan estas imágnes para identificarse como menores en otros chats o para realizar montajes pornográficos.
La llibertá d'expresión reconozse en papeles y queda acutada pa los mesmos papeles. Cuando la lletra se sal del marxe, cuando la palabra nun entra na llinia, cuando la fras quiere facese grande o cuando'l gritu quiere ser públicu, enséñase y socialízase, la llibertá d'expresión dexa de ser derechu pa convertise en trastada, desllucimientu de moblame urbanu y hasta desorde públicu. Una parede inmaculada ye una invitación, una provocación, un sillón de lladriyu pa la denuncia, pal absurdu, pa la dulda, pal cansanciu, pal deséu enciarráu en tiza, pa la protesta, pal odiu y pal aburrimientu de mirar pa las paredes. Arte rupestre necesariu, patrimoniu urbanu, reserva natural.
No creo que importe demasiado, cómo, cuándo o dónde comenzó. Supongo que tampoco harán falta más detalles para, simplemente, confirmar que lo que se comentaba y especulaba es cierto. He pensado mucho si sería necesario escribir aquí algo que nos pertenece a los dos. Al final me he dado cuenta que eso mismo es lo que llevo haciendo desde hace meses sin pararme a pensar quién lo pudiera leer. He sido precavida en la medida de lo posible, pero ahora no es momento de "prudencia" sino de gritarlo muy alto. Sólo algunos/as sabían de primera mano que los dos estábamos juntos y revueltos. A quienes crean que deberían saberlo desde hace más tiempo, les pido un poquito de comprensión. No compartir las cosas buenas con toda la gente a la que quieres no es una falta de confianza, sino un exceso de autocontrol. Los dos estamos seguros de lo que queremos y, cada día que pasa, esa seguridad será mayor. Por eso, hasta ahora, tal vez no había llegado el momento de haceros saber lo que ya rumoreábais.
Una de las relaciones más especiales que tenemos con nuestras posesiones es la que tenemos con los libros. Siempre están dispuestos a contarte mil y una historias. Cada uno de ellos ocupa un lugar en nuestras estanterias y también en nuestras vidas. Puede ser que nos decepcionen en su final, o que de ser tú quien le hubieras dado vida hubieras trazado otro camino para las palabras, pero lo cierto es que son un tesoro que al abrirlo desprende luminosidad, enciende nuestra imaginación mientras leemos y al cerrarlo nos sentimos más ricos/as.
Llevaba días queriendo escribir sobre mi estancia allí. Es tanto lo que viví, tanta gente a la que conocí, gente nueva, desconocidos, "viejos" amigos, redescubriendo en la realidad lo que ya sabía desde el otro lado... Ahí va un resumen de esos días aunque necesitaría un blog entero para llenarlo de todas y cada una de las buenas sensaciones.© Mis Palabras 2005