Mi edad es de 25 años
vividas 1304 semanas
ó 299 meses
ó 9132 días
ó 219168 horas
ó 13150126 minutos
ó 7890078590 segundos
Para su próximo cumpleaños falta: 365 días 1 horas 14 minut. 3 seg.

Hoy ha sido el día de mi 25 cumpleaños. He cumplido mi cuarto de siglo y mi único deseo, en estos momentos, es que cuando cumpla otros 25 pueda escribir que sigo teniendo la misma sonrisa de felicidad, como cuando era una jovencita.

Yo no soy una gran seguidora de las llamadas "revistas femeninas", es más, suelo ser muy crítica con ellas. Pero a veces, después de saltarse páginas y páginas de grandes fotografías haciendo publicidad a esos diseños de los grandes modistos (el 99% son hombres) que difícilmente nos podemos permitir...., encontramos pequeñas noticias arrinconadas en discretos cuadritos en las esquinas de las páginas del papel cuché. Es el caso de lo que hoy he leído (en la consulta del dentista) en la revista Elle del mes de Octubre.

"Comparable al placer de desenterrar una ruina debe de ser desempolvar un texto que se consideraba perdido, ¡o incluso inexistente! Y más, cuando se trata de dos autor@s de la talla de Virginia Woolf o Bertolt Brecht. El primero de los hallazgos ha ocurrido en Inglaterra, tierra natal de la autora de Un cuarto propio. Tres mujeres de la editorial Showbooks han encontrado en la Universidad de Sussex el texto Portrait on a Londener, desaparecido desde hace décadas y que formaba parte del libro The London Scene (1932). Por fin ahora se editará completo.Igual de impresionantes son los textos inéditos de Brecht hallados en un pequeño pueblo de Zurich donde vivió exiliado en 1947. En ellos reaparece su famoso personaje de Madre Coraje, el Sr. Keuner."

Siempre me alegran estos pequeños-grandes hallazgos. Pero sin duda alguna, lo que más me alegra es desenmascarar a la verdadera autora de un texto que se esconde trás un seudónimo con nombre de varón, o el nombre de esposo, hermano o padre. Durante muchos años, la única vía posible que la mujer encontraba para la publicación de sus obras era el uso del nombre masculino. Es por esto, que se redescubren sus autorAs en textos que siempre habían sido adjudicados a otrOs.
Gracias a todas por vuestras palabras, ya estéis ocultas bajo seudónimos u ocultas por la sombra de vuestros hombres.

A veces, el aburrimiento y el no saber en qué gastar nuestro tiempo se convierte en una perdición para nuestra curiosidad. Alguna vez he tenido ocasión de hablar con otra gente que tiene las mismas "manías" que yo. Por ejemplo, estoy esperando el autobús y, para hacer mi espera más entretenida, me digo: "el próximo coche que pase... ¡será rojo!" si fallo me doy otra oportunidad... y otra... y otra... ¡total, si juego yo sola! Yo pongo mis propias reglas. Otra veces, esperando el semáforo para cruzar pienso: "se va a poner verde en 3.... 2.... 2....1.... en 3.... 2.... ¡verde!" (siempre acierto también)¿Quién no ha jugado a pisar sólo dentro de las baldosas? o... ¿cruzar el paso de peatones sólo tocando la raya blanca? (nos tendríamos que ver desde fuera, parecemos tont@s al caminar de esa forma) Los tirones de brazo que me pegaba de pequeña mi madre o mi padre cuando íbamos por la calle: "¡Nena, quieres caminar como es debido!" (y un meneo de brazo) ¿Y cómo se debe caminar?, me pregunto yo. Que le digan a Jack Nicholson que no pasa nada por pisar las rayas del suelo en Mejor imposible...A la larga lista de sumar matrículas, contar coches, pisar baldosas, buscar capicúas... añado ahora la de buscar mi "otro yo" perdido. Una vez me dijo alguien que determinado número de los que aparecen en nuestro DNI significa el número de personas que existen con tu mismo nombre. Eso sí que es una leyenda urbana en toda regla.

Pero, mi curiosidad nunca tiene límites.

Es increíble lo que nos podemos encontrar poniendo en los buscadores nuestro propio nombre o apellido o los de alguien conocido. Me sorprendo a veces encontrando mi auténtico yo en listas de Universidad o sitios concretos en los que yo sé, de antemano, que puedo aparecer. Pero ¿qué pasa cuando descubres que una enfermera de León se llama exactamente igual que tú? ¿cuántos alter ego más tengo desperdigados por el mundo? Así que cuando el aburrimiento hace estragos, me paseo buscando mis otros yo, echo un vistazo a mis negocios (encontré una inmobiliaria que se llama Zirtaeb) o vigilo como en 1984 los movimientos que hacen mis otras vidas. Aunque una esté muy contenta con la suya propia, hace gracia ver su nombre como si fuera propio junto a grandes catedráticos de la ingeniería, siendo autora de poemas, regentando joyerías o siendo protagonista, bajo el seudónimo de Zirta, de una historia virtual o de un juego de rol.

No pasa un día en mi vida sin que tenga la sonrisa puesta. Cuando por algunos motivos tiene que desaparecer, la guardo en un cajón pero siempre con idea de volvérmela a poner tan pronto como me lo pida a mi misma (que por suerte, suele ser muy pronto). Ahora, la pequeña Zirta no sólo no va a abandonar su sonrisa, ya que tiene motivos más que suficientes para llevarla a todas partes puesta, sino que se ha decidido a colorearla. Durante algo más de un año, tendré mi sonrisa llena de pedacitos de arco iris que por lo menos transmitirá más alegría aún hasta que pueda volver a mostrarla en toda su plenitud. Es cierto que la mejor sonrisa es la que sale del corazón pero de colores será muchísimo más original...
La señorita bloggera informa que:
"Tras varias deliberaciones, la sonrisa se vestirá de plata"

Esta es mi casa. Y me refiero a mi blog. Por él me paseo a voluntad a la hora que quiero, escribo, leo y lo utilizo según mis necesidades. Desde el primer día he dado a cada uno/a de vosotros/as la libertad para hacer lo mismo por él y dejar vuestras huellas. No os podéis hacer una idea de la sonrisa que se me pone en la cara cuando veo que me habéis dejado un recadito. Siempre es un halago que a una la quieran venir a ver a su casa. Es como si te tocaran al timbre y te dijeran: "hola, sólo quería venir a ver cómo estabas. ¿qué te cuentas hoy?" Y cuando llevas mucho tiempo sin estar en tu casa, siempre viene alguien a decirte "¿cuándo piensas actualizar para hacer mi visita más agradable?"
Ha sido uno de esos recados que han dejado en mi casa lo que me ha hecho comenzar a escribir esto. No se me ocurre quién pudiera ser el autor o autora de ese mensaje puesto que se esconde tras un anónimo. Desde luego, quien me hizo la visita no sabe que me encuentre o no en casa lo primero que se pregunta al visitante es "¿quién es?" y después se dice un ... "¡pasa, adelante!". Por eso no se ha identificado y ahora creo que más que visita ha sido allanamiento de morada.
Como he dicho antes, no tengo ni idea de quién es el/la del anónimo. Pero si me tengo que arriesgar a señalar a alguien, apostaría todo mi oro a que no se trata de ninguno/a de vosotros/as. "Mis" foreros/as de los que en mil ocasiones recibo más de lo que se podría desear.
Pero no es sólo ese comentario el que me ha tocado la moral especialmente. Hace un par de semanas entré a un post a "discutir" con varios de mis foreros favoritos. Tal vez ellos no lo sepan, pero sí son mis favoritos. Matthau, Wilde, Airness, KABE... Me gusta mucho leerles y "hablar" con ellos. Me encanta que tengamos opiniones encontradas, que les den ganas de saltar más allá de la red para intentar explicarme las cosas y decirme "pero Zirta! cómo dices esas cosas!" y yo defender mis ideas una y otra vez mientras que ellos hacen lo mismo. Sé y reconozco que a veces no soy objetiva. Es una de mis tareas pendientes y siempre es uno de mis propósito para el año nuevo... Pido también disculpas si a veces, en determinados temas, lo soy poco o nada, soy demasiado visceral o me salgo del tiesto. Aún así, me encanta debatir y discutir con vosotros.Un día, cuando ese post estaba "calentito", recibí 4 mensajes en el buzón de mi casa (hotmail). No eran de direcciones conocidas, hasta los nombres eran... bueno, da igual. Pero como el asunto era algo así como "post del foro" pues los abrí. Lo que me decían no era precisamente agradable y me invitaban a irme del post, del foro... diciendo auténticas sandeces. Y como en el caso del blog, también ahora apuesto todo a que no se trata de ninguno de los foreros con los que estaba compartiendo post. Si por algo me gustaba estar discutiendo allí es porque ese no es su estilo.Claro que la culpa la tengo yo por hacer pública mi dirección en el perfil. La forma más fácil de entrar a molestar sin dejar rastro es creando direcciones falsas y usar hotmail. Con un clon o por MP, a los 5 min el superadministrador tendría la IP y el baneo en sus manos.
No me preocupa que me den la lata, ni que me digan barbaridades, que me acosen con tonterías. El riesgo de no echar la llave para que todo el mundo tenga cabida en mi humilde morada, es que se te cuelen como ratas. Lo que más me preocupa de todo, es que me quiten la ilusión, que me den ganas de no entrar más al foro, a mi casa, no confiar en la madurez de quien visita mi perfil y obligarme a quitar mis datos, abandonar ese post como lo hice... No quiero poner cerraduras ni candados a la puerta de mi casa, así que os pido que paséis, leáis y dejéis vuestra huella en mis palabras si os parece oportuno pero, por favor, allanamientos de morada, no...

Eso es lo que acabo de leer tatuado en un cuerpo de mujer y he decidido que va a ser mi máxima en lo que a las relaciones se refiere. Porque vamos a ver, no me neguéis ahora que el terreno erótico donde nuestra líbido se dispara es el mayor de los placeres del que podemos gozar. Y no digo que tengamos que ir pidiendo guerra por las esquinas... las oportunidades se presentan solas. Ni me refiero sólo al contacto cuerpo a cuerpo. Hasta el corazón. Así es como debe ser. Es dejarte llevar, es ir sin coraza a entregarlo todo, es respiración acompasada, palabras cortas, rápidas o lentas, sentimientos dulces o salvajes, es corazón abierto y multitud de sensaciones. Házlo, y házlo bien. Hasta el fondo de mi corazón. Porque si es así, tienes mi cuerpo, mente, alma y corazón entregados.

Un día dijiste que aquello no era para ti. No hace falta que le ponga nombre y dueñ@ a mis palabras. Pero estas te las dedico. Sabes que no podrían ser para otra persona. Sé que ahora has cerrado los ojos y estás a kms de aquí soñando mientras que yo escribo para tí, pero no por eso dejas de estar aquí a mi lado. Esto es para tí, para quién me acompaña día y noche, para la persona hacia la que se dirige mi mente mientras mis manos corren por estas teclas. Es que no podía ser de otra manera. Tenía que ser para tí. Tanto si quieres tener la propiedad de mis palabras como si no..., yo te las regalo. Gracias

Querido diario, Hoy ha sido mi vuelta al cole. Ya hace tiempo que no tengo que llevar mochila con cuadernos y lápices de colores y en la mano aquel bloc de dibujo gigante que no cabía en ningún sitio. Sí… ya sé que tengo suficientes añitos como para asumir que ya se me pasó la infancia… pero es que hoy me he sentido como mi primer día de colegio. Sólo faltaba el olor a nuevo en los libros, a plastidecor, a mochilas nuevas y relucientes, griterío en el patio y tirones de las coletas de las niñas por parte de esos pequeños diablos que pegan patadas al balón. Cuando he entrado por la puerta de la facultad me he sentido como mi primer día. Me conozco los pasillos de ese edificio como la palma de mi mano. Creo que hasta podría recorrerlos con los ojos cerrados. Esta mañana he sentido una sensación sorprendente en mi estómago. Abrí las puertas enormes de cristal que dan a la entrada al edificio y sentí que, tal vez, esta sería la última vuelta al cole de mi vida porque empieza la cuenta atrás y la vida universitaria se me acaba… Los mejores años de mi vida. Con tardes de café de máquina, risas en los pasillos hasta llegar a las lágrimas, apuntes garabateados ilegibles que se pasan de mano en mano, carreras para llegar de un aula a otra o mirar las listas de notas recién pinchadas en el tablón.. Tardes enteras en la cafetería contando mil y una historias… mediodías de cañas en el campus mientras escuchábamos algún cantautor en el prao, las fiestas, las huelgas, las charlas filosóficas, las complicidades entre todos aún sin conocernos… Sé que, hoy, en mi vuelta al cole, no había ceras de colores, ni blocs de dibujo, ni un niño que tirara de mi coleta, pero la ilusión era como la de una niña en su primer día. Bienvenida a la facultad de nuevo, pequeña Zirta.