miércoles, octubre 27, 2004,08:21
Mi alter ego

A veces, el aburrimiento y el no saber en qué gastar nuestro tiempo se convierte en una perdición para nuestra curiosidad. Alguna vez he tenido ocasión de hablar con otra gente que tiene las mismas "manías" que yo. Por ejemplo, estoy esperando el autobús y, para hacer mi espera más entretenida, me digo: "el próximo coche que pase... ¡será rojo!" si fallo me doy otra oportunidad... y otra... y otra... ¡total, si juego yo sola! Yo pongo mis propias reglas. Otra veces, esperando el semáforo para cruzar pienso: "se va a poner verde en 3.... 2.... 2....1.... en 3.... 2.... ¡verde!" (siempre acierto también)¿Quién no ha jugado a pisar sólo dentro de las baldosas? o... ¿cruzar el paso de peatones sólo tocando la raya blanca? (nos tendríamos que ver desde fuera, parecemos tont@s al caminar de esa forma) Los tirones de brazo que me pegaba de pequeña mi madre o mi padre cuando íbamos por la calle: "¡Nena, quieres caminar como es debido!" (y un meneo de brazo) ¿Y cómo se debe caminar?, me pregunto yo. Que le digan a Jack Nicholson que no pasa nada por pisar las rayas del suelo en Mejor imposible...A la larga lista de sumar matrículas, contar coches, pisar baldosas, buscar capicúas... añado ahora la de buscar mi "otro yo" perdido. Una vez me dijo alguien que determinado número de los que aparecen en nuestro DNI significa el número de personas que existen con tu mismo nombre. Eso sí que es una leyenda urbana en toda regla.

Image Hosted by ImageShack.usPero, mi curiosidad nunca tiene límites.

Es increíble lo que nos podemos encontrar poniendo en los buscadores nuestro propio nombre o apellido o los de alguien conocido. Me sorprendo a veces encontrando mi auténtico yo en listas de Universidad o sitios concretos en los que yo sé, de antemano, que puedo aparecer. Pero ¿qué pasa cuando descubres que una enfermera de León se llama exactamente igual que tú? ¿cuántos alter ego más tengo desperdigados por el mundo? Así que cuando el aburrimiento hace estragos, me paseo buscando mis otros yo, echo un vistazo a mis negocios (encontré una inmobiliaria que se llama Zirtaeb) o vigilo como en 1984 los movimientos que hacen mis otras vidas. Aunque una esté muy contenta con la suya propia, hace gracia ver su nombre como si fuera propio junto a grandes catedráticos de la ingeniería, siendo autora de poemas, regentando joyerías o siendo protagonista, bajo el seudónimo de Zirta, de una historia virtual o de un juego de rol.


 
escrito por Zirta
Enlace permanente ¤

 © Mis Palabras 2005