
No pasa un día en mi vida sin que tenga la sonrisa puesta. Cuando por algunos motivos tiene que desaparecer, la guardo en un cajón pero siempre con idea de volvérmela a poner tan pronto como me lo pida a mi misma (que por suerte, suele ser muy pronto). Ahora, la pequeña Zirta no sólo no va a abandonar su sonrisa, ya que tiene motivos más que suficientes para llevarla a todas partes puesta, sino que se ha decidido a colorearla. Durante algo más de un año, tendré mi sonrisa llena de pedacitos de arco iris que por lo menos transmitirá más alegría aún hasta que pueda volver a mostrarla en toda su plenitud. Es cierto que la mejor sonrisa es la que sale del corazón pero de colores será muchísimo más original...
La señorita bloggera informa que:
"Tras varias deliberaciones, la sonrisa se vestirá de plata"