Hace pocos meses yo ya había andado una cuarta parte del camino y hoy eres tú el que puede presumir de haber recorrido ya la mitad. A veces es demasiado complicado seguir la ruta que se nos ha destinado. Puede ocurrir que no nos guste demasiado o que nos creamos incapaces de seguir caminando. A nuestra espalda llevamos la mochila cargada de recuerdos y experiencias. Cuando en su mayoría son buenos, parece flotar, nuestros pasos van sobre el aire y estamos cómodos y dispuestos a seguir. Es cuando la ligereza se convierte en plomo cuando necesitamos cruzarnos con una mirada cómplice. Cargados de problemas que pesan toneladas el ritmo se vuelve más lento y las fuerzas se agotan. Es por eso que creo que la clave está en encontrar al acompañante adecuado. (y cada uno de nosotros tiene en esta piña a tres compañeros de viaje...)
Hoy has cumplido cincuenta años. No hay regalo imaginable para conmemorar esta edad de oro por eso hoy te volveré a regalar mi compañía como lo llevo haciendo desde hace veinticinco años.

Te quiero papá