martes, febrero 01, 2005,23:05
"El mes de Febrero" y otros cuentos
Érase que se era un mes que venía cargadito de tareas. Era un mes tan ocupado en la agenda que los preparativos llevaban en marcha desde finales del año anterior. Nuestro protagonista se llamaba... FEBRERO. Este mes siempre soñaba con serpentinas, matasuegras, bailes de máscaras y bacanales. Entre sus doce compañeros, siempre era el mes más desinhibido con sus trajes de purpurina, sus plumas, platillos y timbales sonando por las calles... el mes del Carnaval. Pero lo que apenaba a Febrero estaba en contraste con tanta fiesta. Febrero lloraba tinta desde el día que nació. Ya fueran 28 o 29 días, Febrero, se convertía en el mes de los apuntes, los agobios, parciales, prisas, cafés de madrugadas, subrayadores de colores, esquemas, convocatorias, tribunales y algún que otro llanto de última hora. Febrero sufría porque era el mes al que los exámenes le quitaban protagonismo Carnavalesco. Pasaba las noches metido en su calendario solo, concentrado, recluido en su tarea de estudiante. Sus once compañeros se acercaban a pedirle que se animara, que les hiciera compañía y se pusiera a pensar en la fiesta. Pero Febrero sabía bien cuáles eran sus tareas e insistía en seguir estudiando para poder disfrutar luego de unos relajantes últimos días de mes.

- ¿Ya no nos quieres, Febrero? Antes estábamos siempre riendo todos juntos y ahora has desaparecido de nuestro lado _ decía un enfadado mes de Noviembre.
- Amigos _decía el mes_ echo mucho de menos vuestra presencia en el almanaque, vuestras lunas y días festivos en rojo, pero necesito concentración.
- ¿Significa eso que volverás?_ preguntó Agosto.

Febrero les sonrió y les hizo saber que sin Diciembre no habría Navidad, sin Mayo no habría flores, sin Septiembre no habría Cortycoles... todos y cada uno de ellos eran imprescindibles, asi que pidiendo disculpas por su ausencia temporal, les prometió que volvería tan pronto como pasaran los éxamenes. Volvería con la fiesta de Carnaval, con la Copa del Rey, con cualquier plan programado en la agenda...

Y así fue. Con un poco de paciencia y apoyo de sus compañeros, Febrero se hundió de nuevo entre libros y apuntes, no sin dejar de levantar de vez en cuando la vista para guiñar un ojo de complicidad a sus amigos y hacerles saber que ahí seguía.


 
escrito por Zirta
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