Yo no entiendo nada. Me queda un poco (no mucho) para cumplir los treinta y los que ya están en ellos o los han pasado dicen que es el principio del fin... ¿Estáis locos? Es que parece un una edad maldita.

¿Es un miedo a la madurez, a la vejez? Que alguien me lo explique porque no entiendo esa obsesión con la "barrera" de los treinta. Bueno, ni la de los cuarenta, ni los cincuenta... Yo, de momento, me quedo con este diálogo sobre la edad.

Después de este abandono al que he sometido al blog en estos últimos meses, he decidido retomar aquella costumbre de escribir (casi) todos los días. A lo mejor cambio la apariencia del blog y todo. Es tiempo de cambios y hasta en esto se tiene que notar.
¿Quién me diría hace algún tiempo que ahora todo sería así? ¿Peor? ¿mejor? Ni lo uno ni lo otro. He cambiado, sí. Pero no creo que sea nada nuevo, sino que he recuperado lo que era antes.
Mi vida laboral empezó a asentarse el año pasado en Octubre y aquí estoy hoy, de vacaciones como una niña de primaria, esperando a una reunión de Septiembre que confirme cuál será mi horario y los grupos que impartiré, pero con mi puesto de trabajo más que asegurado y valorado.
Mi vida social se ha recuperado de los malos tiempos que sufrió. Se calmaron las aguas y hoy vuelvo a tener decenas de planes aunque el mismo poco tiempo para cumplirlos todos. Sin duda, esta parte (las chicas “B”, P., A., C., J., …) ha sido la que me ha ayudado a despegar.
Mi vida como Zirta sigue siendo la misma en esencia aunque haya habido cambios. Quien quiso se quedó a mi lado y quien no, echó a volar. No era quien para retener a nadie y no lo hice. Allá cada cual con su vuelo.


Gracias T. por tus ladridos.