martes, mayo 17, 2005,12:59
Las bicicletas y los steps
Atrás quedaron los meses en que hacía kilómetros interminables en bicicleta. Aunque no me moviera del sitio en mi salón, era una lucha entre ella y yo y todos los días me ponía ahí como retándola: a ver cuánto aguantas hoy, chulita (pero siempre ganaba ella, evidentemente) Después de la "Operación gemelos" (que cada vez que me subiera a la bici me llamaran Somarriba era, cuanto menos, preocupante...) se abrió la etapa del step. Me encanta ir al gimnasio. Tú estás ahí subiendo y bajando a ritmo bakaleta barato, tan absorbida que te dan igual 5 minutos que 50. Pegas tantos saltos y vueltas que necesitas algún segundo para que los ojos (que se te han colocado en la nuca) vuelvan a su sitio y puedas seguir con el ejercicio. Hay días duros en los que la piel de mi monitora se oscurece, le salen ricitos de pelo moreno y parece que lleva en la mano derecha un palo que golpea contra el suelo mientras dice "aquí habéis venido a sudar!" "Sí, mi ama" es lo que te sale decir. Eso sí, cuando crees tener suficiente seguridad en tus piruetas, ella te dice, "¡ahora con dos steps!", y es entonces cuando al ir de uno a otro tus dientes conocen el suelo de cerca. Sales del gimansio hecha plastilina, pero en esos 80 minutos descargas toda la tensión del día y llegas a casa derretidita del gusto por una ducha y pillar la cama a dos manos. A todos los beneficios que se os puedan ocurrir de hacer step, hay que añadir, una cena que ya tenemos preparada para final de temporada con sidras, cenita y después copeteo.
Pero, cómo todo, de puertas para afuera todo es beneficioso y está bien visto sin embargo en casa propia no lo es tanto. Cuando a una le da el arranque de llevar el ejercicio más allá, ya no gusta tanto. Después del tiempo que lleva la bicicleta guardada en el trastero, anoché decidí que hoy la bajaba, la "entonaba" y me iba por Avilés. Esta es una ciudad pequeñita, una villa muy coqueta en la que se puede ir caminando a cualquier sitio, y por qué no, en bicicleta...
 
escrito por Zirta
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lunes, mayo 16, 2005,20:19
No te jiba..
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Ahora resulta que ya no soy telecable. Aparezco en mis propias visitas con una extraña identidad: 85.152.219.x . Pero si ni siquiera esa es mi IP. ¿Quién me ha robao mi identidad? ¡Que me la devuelva ya que la necesito!
 
escrito por Zirta
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