Hace casi veinte días, estábamos H., X. y yo en la cocina riéndonos de las historias que X. contaba sobre una pandilla de su instituto. Esas cosas de adolescentes que a nuestra edad nos hacen mucha gracia y que parece que hemos olvidado haberlas vivido. Por suerte, por muchísima suerte, la mayoría de las cosas que contaba X. nos dejaban a H. y a mí perplejos. No quisiera vivir siempre en la ignorancia pero me alegro de no tener la desdicha de conocer ciertas cosas y experimentarlas. Nos hablaba de una tal Kety (no recuerdo su nombre de pila real). Se refería a ella como Kety-Keta. Nos hacía tanta gracia ese apodo que le preguntamos por qué la llamaban así. X., dando por hecho que sabíamos de lo que hablaba, nos dijo que era porque se metía "Ketamina". "¿Ketamina?, ¿qué es eso?" - preguntamos. X. sabía lo que era porque en la Guía del Plan Nacional sobre Droga que habían repartido en el Instituto venía bien explicado. La tal Kety-Keta se metía p'al cuerpo un anestésico de uso veterinario. No pude evitar soltar una carcajada. Me parecía algo tan descabellado que no le daba ninguna credibilidad. "Las cosas que se inventan los críos"- pensé. Era una verdadera lástima darme cuenta de que los quince años ya no se asocian con la palabra "críos" y que la Ketamina sí existe como droga, sí es consumida por los/as adolescentes y sí que es motivo para que se corte la carcajada de golpe. Como decía, me consideraba afortunada por no saber qué es y el uso ilegal que se le da, pero la realidad es que me alegro de saberlo. Si no abrimos bien los ojos y estamos atentos/as a nuestro alrededor, no podemos pedirle a nuestros/as hermanos/as, sobrinos/as, hijos/as... que también los abran y no bajen la guardia. Ketamina, Poppers, GHB, Fenciclidina (polvo de ángel)... La lista de drogas no se termina en cocaína, heroína, drogas de síntesis, cannabis... Lo que antes me parecía un mote gracioso (Kety-Keta) ahora me parece un lastre.

Ketamina: La Ketamina es un anestésico disociativo y actúa creando en el consumidor la sensación de estar fuera de sí mismo. Sintetizada en 1962, se utiliza desde los años 70 en medicina y veterinaria para producir anestesia. Su presentación farmacéutica es un líquido inyectable. En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas. Esta droga puede estar mezclada con cualquier cosa (efedrina, cafeína...).
Los efectos dependen de la composición, el contexto en que se consume, las características corporales de la persona y de la dosis, aunque se han constatado sobredosis aún con bajos consumos.
A dosis bajas los efectos se parecen a una borrachera por alcohol o sedantes, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc.
Ya a dosis altas puede producirse un viaje psicodélico muy fuerte, pudiendo aparecer delirios y pseudoalucinaciones, perdiéndose la noción de quién se es y de dónde y con quién se está, con pérdidas de la noción del tiempo y del reconocimiento de lo que pasa alrededor. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o se van a morir.
Es, por tanto, una sustancia muy peligrosa. Puede provocar depresión respiratoria, paro cardíaco, trastornos de ansiedad, paranoias y su consumo de forma continuada, problemas de memoria, concentración y deterioro de otras habilidades.
La Ketamina provoca una dependencia psicológica muy alta y una rápida tolerancia.
Como en otras sustancias, la mezcla con alcohol u otras drogas aumenta las posibilidades de perder el conocimiento, de sufrir una depresión respiratoria y un paro cardíaco. Mezclar Ketamina con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.

Más información: Plan Nacional Sobre Drogas (Drogas: + Información - Riesgos)